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La Escala Humana de Jan Gehl

Aspecto social del Diseño Urbano (IV)

21 de octubre de 2019

4. Teoría de la escala humana de Jan Gehl

Según Jan Gehl (https://gehlpeople.com), en su libro Cities for People (2000), la meta del diseño urbano debería ser lograr ciudades dinámicas, seguras, sostenibles y saludables; esto se puede hacer aumentando la preocupación por los peatones, los ciclistas y la vida en general. El arquitecto danés basó su teoría en las obras de Jane Jacobs, ambos comparten la filosofía de que, en el paisaje urbano, más importantes que los edificios son los espacios intermedios, donde la calle es el espacio público por excelencia. Allí es donde ocurre la interacción entre los humanos, y esa interacción es lo que proporciona a la ciudad su espíritu.

La ciudad es un lugar de encuentro, una arena para reuniones políticas, sostenibilidad social, seguridad, confianza, intercambios sociales; el enfoque de "Crear Lugares basados en la escala humana" se refiere a la calidad física del espacio urbano, donde el diseño se ve como un promotor de tal calidad, brindando protección, seguridad, espacio razonable, mobiliario y calidad visual. Las características mencionadas por Gehl se pueden lograr mediante estrategias simples:

  • El Dinamismo se fortalece cuando se invita a más personas a caminar, andar en bicicleta y permanecer en la calle, las oportunidades sociales y culturales permiten a las personas tener un contacto directo con la sociedad.
  • La Seguridad se logra cuando las personas se desplazan, para invitar a la gente a caminar, la ciudad debe tener una estructura cohesiva que ofrezca distancias cortas para caminar, espacios públicos atractivos y una variedad de funciones urbanas.
  • La Sostenibilidad se fortalece si una gran parte del sistema de transporte se plantea como "movilidad verde" (andar a pie, bicicleta o transporte público). Estas formas de transporte reducen el consumo de recursos, limitan las emisiones y disminuyen los niveles de ruido.
  • La Salud se logra si el caminar o andar en bicicleta logra ser una parte natural del patrón de actividades diarias.

Dado que la calle es el espacio más significativo, es natural que el énfasis de Gehl se centre en el transporte. Durante décadas, en las ciudades estadounidenses, se buscó la solución a la congestión del tráfico en la construcción de carreteras, pero esto ha demostrado ser contraproducente, en realidad menos caminos significan menos tráfico. Por ejemplo, en 1989 el terremoto en San Francisco (CA) causó tanto daño a una de las autopistas a lo largo de la bahía que tuvo que ser cerrado, y los usuarios adaptaron rápidamente su comportamiento a la nueva situación y en lugar de la carretera, hoy existe un bulevar con tranvías, árboles y aceras anchas.[1]

Las ciudades europeas son un buen ejemplo de esta estructura peatonal bien interconectada. Venecia es un caso particular donde el automóvil ha sido desterrado a los bordes del centro de la ciudad para dar paso a un número limitado de calles peatonales principales que conectan destinos clave y con una estricta jerarquía de plazas mayores y menores. Una red que permite a las personas encontrar las rutas más cortas que conducen a los espacios importantes, como tiendas, restaurantes y funciones públicas, creando una estructura compacta, directa y lógica.[2]

La densidad también es un tema crucial para Gehl; la vida en la ciudad es una cuestión de cantidad y calidad. La densidad por sí sola no necesariamente produce vida en las calles, por ejemplo, en Nueva York, Greenwich Village y Soho son menos densas que Manhattan, pero relativamente altas en densidad, dado que los edificios son más bajos les llega luz del sol a las calles arboladas y hay vida en las calles. Erigir edificios altos para crear una densidad muy alta y un espacio público pobre no es una receta útil. Las personas en los pisos superiores incursionan en la ciudad con menos frecuencia que quienes viven y trabajan en los cuatro o cinco pisos inferiores.

Los espacios públicos, como las plazas, deberían tener como objetivo reunir a las personas por más tiempo en lugar de atraer a más personas: siempre es más eficiente aumentar la calidad que la cantidad.

[1]Gehl, Cities for People, 6–29.

[2]Ibid., 65–67.